El martes 23 de octubre, La Nave de los Locos atraca en las tiendas de música de toda España. En tiempos de crisis, El Loco se atreve a sacar al mercado su tercer trabajo en el plazo de trece meses (anteriormente editó Su Nombre era el de Todas las Mujeres y su correspondiente directo Loquillo en Madrid. Loquillo vuelve al rock más suyo de la mano de su otrora alter ego Sabino Méndez, pero lo hace sin buscar una reedición de la sociedad que formaban en los años ochenta.
Como podemos leer en la entrevista publicada en Maneras de Vivir, este disco está formado por diez temas compuestos por Sabino Méndez en muy diversos momentos, siendo alguno de los temas incluso de 1985. Loquillo tiene la idea de que la música Rock ha de ser atemporal, con la cual coincido plenamente (¿alguien se imagina que un cuadro de Velázquez o una composición de Mozart perdieran interés con el tiempo?). Eso sí, El Loco deja meridianamente claro que el hecho de que este disco haya sido compuesto exclusivamente por Sabino no es una burda maniobra comercial con ánimo de reverdecer los laureles de su exitosa unión de los años ochenta, sino que se trata únicamente de una cuestión personal y artística.
Por otra parte, se trata de un trabajo coral, es decir, Sabino pone las canciones, pero Jaime Stinus pone la producción, y la banda compuesta por el propio Stinus, Igor Paskual, Laurent Castegnet, Santi Comet, Josu García y Alfonso Alcalá aporta su propia visión. Loquillo pone no solo su voz sino su interpretación, ya que como él mismo dice, en éste y en su anterior trabajo se pone en la piel de los compositores con los que trabaja para filtrar sus mensajes por su propia voz.
Este disco es también un canto al individualismo, como siempre han sido las canciones de El Loco y de Sabino. Temas directos que pueden admitir más de una lectura, pero que inequívocamente transmiten el sentido que ha de tener la música Rock: afrontar los tiempos duros que nos tocan con la actitud correcta. Si recordamos los temas Rock and Roll Actitud o el más reciente Línea Clara, queda patente que estos temas son una constante en la trayectoria de Loquillo.
Si dejamos de lado su último trabajo de estudio con Luis Alberto de Cuenca, el listón se encuentra muy alto con respecto a Balmoral, pero Loquillo no teme defraudar, sino que está convencido de que su mejor trabajo es siempre el último que publica. Ésto que muchos verán como una bravuconada en boca de El Loco, a los que le seguimos fielmente y sabemos que nos encontramos ante un artista de lo más coherente dentro del panorama español, nos da un subidón de moral porque tenemos claro ya que no nos va a fallar. Y por si alguien tiene dudas, aquí os dejamos el videoclip de su primer single, Contento.