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Estar en una gran banda tiene sus cosas buenas: tocar en estadios, giras mundiales, cachés millonarios, discos vendidos por millones... Pero también tiene sus cosas malas, como por ejemplo la falta de espacio para expresar ideas o emociones que en un contexto más general no tienen cabida. Le pasa a todo el mundo, hasta a los más grandes. Por eso mismo, Keith Richards necesita tomarse un descanso de la maquinaria de los Rolling Stones por primera vez en más de veinte años. Os contamos lo que hay que saber.