Rescatando discos: Amy Winehouse – Back to Black (2006)

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Finaliza una semana más en Xombit, lo que sólo significa una cosa: es hora de desempolvar una nueva joya de la música. Hoy es el turno de una frágil londinense con una de las voces más poderosas y personales que nos ha regalado este siglo. Estamos hablando de Amy Winehouse, la eterna y díscola Amy Winehouse, que además de mil y una portadas sensacionalistas nos dejó un legado inmortal que hoy recuperamos. Hora de disfrutar una vez más de Back to Black, segundo y último álbum de la niña mala del soul.

Rescatando discos - Amy Winehouse

Hay artistas que tienen la capacidad de permanecer en la memoria colectiva durante años, creando una leyenda. Buena prueba de ésto es el tristemente célebre club de los 27, formado por todos aquellos músicos que tenían en común un gran talento, una personalidad enigmática y una muerte prematura a la tierna edad de 27 años. La última en engrosar esta nutrida lista fue Amy Winehouse, hará el próximo mes de julio dos años.

El tiempo pasa rápido y todo lo cura. Y es la propia cura lo que cauteriza, la que cierra las heridas. Nos olvidaremos de Amy, ya no recordaremos su caótico peinado, su exagerado maquillaje y su tendencia a la autodestrucción. Pero hay algo que permanecerá imperecedero, inmutable ante los caprichos del tiempo. Ese algo es su música, grabada para la eternidad en dos álbumes. Con Frank, su primer álbum de estudio, la londinense se presentó al mundo y a esa parte del mundo llamada crítica, a los que (en su mayor parte) enamoró con su desgarrada voz de contralto y su estilo de negra de la Motown. Aunque no sería Frank quien la catapultaría de forma irreversible al estrellato. Amy tenía un as escondido en la manga, o en el moño, y ese as se llamaba Back to Black.

El Álbum

Tras el éxito alcanzado con Frank, Amy tuvo carta blanca para su nueva creación. El tándem con su productor Mark Ronson, artífice de su éxito, generaría lo que a día de hoy es considerado como el álbum que resucitó el soul, pues la escena en la que surge Back to Black no podía ser más angustiosa para este género. Tras su esplendor en los años 60, el soul había quedado relegado para los más nostálgicos, apartado de los gustos del gran público y de las radiofórmulas de forma casi definitiva.

Entonces llegó ella, con un single llamado Rehab, toda una declaración de intenciones, y el inestable mundo de los hits se hizo pedazos ante el peso de tamaño single. Las radios se volvían locas y pinchaban la canción en bucle y prácticamente todo el mundo terminó cantando aquello de ’They tried to make me go to rehab, but I said no,no,no’

Rehab abría la veda como tema inicial del álbum. Un álbum en el que tienen cabida todas las emociones primitivas. Pasión, celos, desamor…emociones que Amy desgrana una a una a lo largo de una intensa media hora y 11 temas. Pero si hay algo que destacar por encima de todas estas pasiones que Amy desgarra, es la forma en la que ella lo hace, desde una sinceridad absoluta. Escuchar Back to Black es como sentarse a tomar un café ( o quizás algo más estimulante) con la propia cantante, mientras abre su corazón y te explica por qué narices no le dio la gana de meterse en rehabilitación. Y la crees, entiendes su desesperación hecha verso, porque sabes que ella no es común, sabes que ella no es una chica buena. Precisamente con ese motivo, Amy presenta su segundo sencillo, You Know I’m No Good.

A pesar de esa fachada de rebeldía y descaro, Winehouse tiene su corazoncito. Y sufre, vaya si sufre. Tanto que sus propias lágrimas se secan a sí mismas, llorando a un amor que la consume. Tears Dry On Their Own es todo un canto a la soledad y al desamor, al igual que la maravillosa Love is a Losing Game con una lírica digna de Harvard (los estudiante de Literatura de esta prestigiosa universidad tuvieron que analizar la letra de este tema en sus exámenes finales) y un dolor que traspasa los acordes.

El amor ha herido de muerte a Amy y ella lo sabe, ella lo canta:

We only say goodbye with words/ I died a hundred times/ You go back to her/ And I go back to black

Este verso contenido en, la que en mi humilde opinión, es la canción estrella del álbum y la que le da título, es todo un presagio de un final que se veía venir. Back to Black es una canción con mayúsculas que contiene la más pura esencia del estilo Winehouse: oscuridad, deseo y dolor.

Amy Winehouse fue víctima de ella misma, de sus demonios y sombras que la arrastraron sin compasión al más triste de los finales. Se fue de repente, en lo más alto de su carrera dejando a aquellos que veíamos en ella, más allá de escándalos y amarillismos, a una auténtica artista, pura y diferente. A pesar de su desaparición temprana podemos atribuir a la chica de negro un gran mérito: supo devolver a la música de raíz y de alma, al soul, el lugar que merece en la plana musical, abriéndoles el camino a artistas de la talla de Adele. Amy se fue como quiso, dejando un cuerpo destrozado y víctima de sus vicios pero su voz, su auténtico don, seguirá indemne, emocionando a generaciones venideras y a todos los contemporáneos que una vez creímos en su música.

Archivado en Amy Winehouse, Back to Black, Rehab, Rescatando Discos
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