A veces da gusto encontrarse con artistas con principios, con personalidad. Artistas como Miguel Campello, que habiendo triunfado con Elbicho decide dejar a un lado el proyecto para centrarse en desarrollar sus inquietudes vitales y artísticas. El lugar que ha elegido es el más idóneo, ya que la residencia actual de Campello se encuentra en la Sierra del Alto Guadalentín, en Lorca (Murcia), donde vive junto a su gente.
Después de publicar en 2011 el disco Chatarrero, ahora se encuentra preparando la continuación: Chatarrero 2, que se publicará en primavera. Sin más os dejamos con la entrevista que nuestros compañeros de MurciaRock le realizaran:
MurciaRock: Anda preparando nuevo disco. ¿En qué fase se encuentra?
Miguel Campello: Pues ahora mismo estamos en la fase de desesperación [risas]. Porque bueno, estoy con Tino [Di Geraldo] produciendo otra vez y a lo mejor la amistad hace que le demos demasiadas vueltas a la cosa. Tanto él como Guillermo [Quero], en la parte técnica, se están implicando mucho y le están poniendo mucho cariño. Entonces ahí estamos, que llevamos ya no sé ni cuanto tiempo. Tenemos tres o cuatro versiones del disco ya [vuelve a reír]. En principio debería salir para principios de abril, pero yo qué sé, la mezcla del single tenía que estar ya y no está. Vamos, lo típico, ¿no?
MR: Bueno, no sé. Lo que sí supongo es que la sinceridad y la pasión siguen siendo dos aspectos clave en su forma de entender la música.
MC: Sí, en realidad son trabajos que los hacemos de diferente manera a como se hace un proyecto así para el verano o ese tipo de proyectos que ahora suelen hacer las compañías aunque sea invierno, a ellos les da igual las fechas. Antes te rayaban con la canción del verano, ahora es que te rayan todo el año ya [risas]. Entonces esto son proyectos en los que, al menos yo, necesito ser sincero conmigo mismo al máximo y eso lleva su tiempo.
MR: ¿A qué se refiere?
MC: Pues por ejemplo en las letras. Necesito un tiempo hasta que al final termine de entenderlas, porque yo muchas veces escribo así como de una manera automática, de una manera que no entiendo muy bien lo que me ha salido por la cabeza, entonces a veces se quedan bien y otras les tienes que dar más vueltas. Y lo mismo en las letras que en todo. Por eso te decía lo de la fase de desesperación y de comedura de cabeza. Muchas veces, de tan sinceros que intentamos ser, ya hasta perdemos el norte.
MR: Siempre le he visto como un artista que canta, más por una necesidad expresiva que como mero divertimento.
MC: Sí, sí, desde luego. En mi casa no se ha cantado ni se ha bailado profesionalmente, pero ha sido real desde el principio, no ha sido que a los 18 años me diera por ahí. No recuerdo un momento de mi vida sin que me pidiese alguien en un cumpleaños ‘venga, que cante el niño’. Yo me pongo muy nervioso antes de actuar en cualquier sitio, da igual en la comunión de mi prima que en el Palacio de Deportes. La sensación es un poco la misma. Es cierto que cuando me subo arriba yo tengo conmigo mismo el compromiso de intentar sacar lo mejor de todos nosotros, no solo de mí. Con Elbicho nos pasaba, fue un grupo que aprendió dando conciertos.
MR: ¿Y cuál es la situación comercial de Miguel Campello? Ahora se venden pocos discos o menos.
MC: A mí el hecho de que músicos como Tino, Benavent, Raimundo [Amador]… valoren mi música me parece mucho más importante que vender miles de discos. Vender muchos discos no significa que hagas buena música. De hecho me parece surrealista que las cosas más raras, por no decir malas, sean las que más peten. Nosotros estamos en otra liga, en la cual me siento muy orgulloso de estar. Estoy en la liga de los que creemos en la música. Toda la vida ha habido unos Pecos y un Georgie Dann dando la brasa, pero es que ahora pongo la radio -la escucho mientras hago otras cosas, igual que mi padre- y a veces acabo oyendo Radio 5 Todo Noticias, porque vamos…
MR: Tampoco la radio es la que era, ciertamente.
MC: Ya te digo. Es que a veces escuchas cosas que son de lo más surrealista, como la canción esa de ‘Pajaritos en el aire’, o algo así, que están poniendo ahora en todos lados, que yo pensaba que era una guasa de la radio, de un programa que había hecho una guasa, y estaba con un colega y no le podíamos dar crédito. Y luego te metes en internet y tiene 18 millones de visitas. ¡Qué me estás contando, tío! [ahora no ríe, directamente se parte].
MR: Actualmente lleva como guitarrista al lorquino Ángel Elul.
MC: Sí, lo que pasa es que no veas la que me tiene liada, porque tiene mucho curro con su otra banda (Liverpool). Para mí era la hostia encontrar un guitarrista tan genial como Ángel, en Lorca además, que lo tengo al lado de mi casa. Yo cuando me vine aquí uno de los problemas que tenía era, no la falta de músicos, sino de conocer a estos músicos. Porque aquí hay mogollón de buenos músicos, aquí te puedes montar 30 bandas en la Región de Murcia. Estamos disfrutando mucho, musical y humanamente. Es un fenómeno, yo le llamo El Zapatiesto.
MR: ¿Y qué le ofrece el campo que no encuentre en la ciudad?
MC: No es nada en particular. En Madrid tenía problemas con el vecino, que le molestaba la batería electrónica, que yo me la ponía por cascos, pues imagínate la otra… Yo me he criado toda mi vida en el campo, en Matola, al lado de Elche, nunca he vivido en ciudad, nunca había vivido en un piso. Me sentía como un ratón, sin poder hacer ruido, era un poco antinatural. De hecho ahora mis hijos gritan hasta las 12 de la noche, hasta que ya te hinchan a ti mismo, no al vecino.
Ahí es nada…