Corría el año 1971, principio de una de las mejores décadas que ha conocido la música. Bandas como Led Zeppelin, Queen, Deep Purple, Jethro Tull o Pink Floyd consiguieron que el Rock ganara fans por todo el mundo y se crearan toda clase de subgéneros.
Pink Floyd ya contaba con su formación más conocida, compuesta por David Gilmour, Roger Waters, Richard Wright y Nick Mason. Con cinco álbumes de estudio lanzados, los británicos habían conseguido un enorme éxito tanto en el público cómo en la crítica.
Entre ese público con el que contaba Pink Floyd se incluía Adrian Maben, un director y editor que trataba de mezclar la música de la banda británica con otros tipos de arte.
Maben pasó sus vacaciones en Nápoles en 1971, y en una de sus visitas a las construcciones romanas de Pompeya, perdió su pasaporte. Buscándolo, llegó al anfiteatro, dónde se encontró sólo. Entre esas ruinas, completamente en silencio, encontró el lugar ideal dónde se podría apreciar en todo su esplendor la música de Pink Floyd.
El director logró convencer a las autoridades responsables de Pompeya para cerrar el anfiteatro durante seis días para la grabación.
En Octubre de ese mismo año, la banda se trasladó a Italia para grabar uno de los videos más espectaculares que cualquier amante de la música puede ver.
La acústica del anfiteatro era inmejorable, así que se decidió montar todo el equipo de sonido en el centro del monumento. Después de tres días a través de Europa, el material llegó en camión a las ruinas de Pompeya. Con el montaje ya hecho, se descubrió un gran problema, en los restos de la ciudad romana no había suficiente energía para hacer funcionar el equipo necesario. Tras unos días intentado solucionar este contratiempo, se decidió usar un cable desde el ayuntamiento hasta el anfiteatro para proporcionar energía suficiente a todo el equipo.
El día 4, empezaron las grabaciones. Las primeras escenas fueron de la banda paseando por las ruinas y los alrededores de Pompeya y Boscoreale. Estas escenas se van intercalando en ciertas canciones, junto con otras imágenes de esculturas, volcanes en erupción…
A finales de ese mismo mes, se lanzó uno de los álbumes más emblemáticos de Pink Floyd, Meddle. Tras grabar las tres canciones planeadas en Italia, la banda se trasladó a Paris, dónde, en Diciembre, se rodó el resto de la cinta.
En 1972 se estrenó la primera versión de la grabación, con una duración de una hora y que incluía canciones de Meddle, Ummagumma y A Saucerful of Secrets. Dos años después y tras una conversación de Roger Waters y Adrian Maben, se lanzó una versión extendida de la cinta. Que, además de las canciones de la grabación original, incluía escenas de las grabaciones de The Dark Side of the Moon. Más recientemente, en 2003, se publicó un último montaje que consistía en la versión de 1974 remasterizada y con algunas nuevas imágenes del espacio tomadas por la NASA.
Sin duda, una auténtica joya para todos los amantes del Rock. Mención especial merecen las versiones de Echoes, una de las obras maestras del Rock Progresivo o A Saucerful of Secrets con una final capaz de poner los pelos de punta a cualquiera gracias a los cantos de David Gilmour.
Además de estas dos canciones, One of These Days también fue filmada en el anfiteatro de Pompeya. Una canción dónde el bajo de Roger Waters consigue un ritmo espectacular. También resulta curioso que, en un momento de la canción, Nick Mason pierde una de sus baquetas y, sin dejar de tocar ni perder una sola nota, saca otra para continuar con la canción.
Las críticas de la prensa especializada fueron excelentes, especialmente en la grabación original.
Durante todo el concierto Pink Floyd deja claro su indiscutible calidad tanto de interpretación cómo de composición y nos brinda una maravilla audiovisual que todo el mundo debería ver.
Si después de leer este artículo tenéis ganas de disfrutar de esta espectacular grabación, no os preocupéis, os lo ponemos fácil. Aquí os dejamos dos de las versiones que se lanzaron. La primera de ellas, la de 2003. Y la segunda, personalmente la que me gusta más, la cinta original con una calidad más que aceptable teniendo en cuenta el año de su lanzamiento.
Así que, escoged la que queráis, y disfrutad de uno de los mejores grupos de la historia.
Es excelente. Solos ellos podrían hacer algo así. Como el live in Venice…
Desde luego, es una auténtica maravilla.