Hablar de Glenn Hughes es hablar de historia viva del rock de los últimos cuarenta años. Después de unos excelentes inicios al frente del power trio Trapeze y de dejar registrados con ellos tres álbumes memorables como un primer álbum homónimo, Medusa y You Are the Music… We Are Just the Band, este bajista y vocalista se unió a Deep Purple para dar a la banda la que para mí es su época más interesante.
Distintos problemas que iban desde la adicción del propio Glenn Hughes a las drogas a otros que afectaban a otros miembros de la banda, Deep Purple se separarían en 1976, tras lo cual la llamada “voz del rock” se volvió a unir a sus ex-compañeros de Trapeze. La cosa no duraría, y en 1977 comenzaría su carrera como solista.
Aparte de su carrera en solitario, Hughes ha estado involucrado en multitud de proyectos, los más destacables junto a Joe Lynn Tunrner y Black Country Communion, un supergrupo en el que además de él militaban Joe Bonamassa, Derek Sherinian y Jason Bonham. Y entre medias, le dio tiempo de participar en el disco en solitario de Tony Iommi, Seventh Star.
Centrémonos en Glenn Hughes. Este señor tiene una de las voces más portentosas del rock, y no lo digo sólo por esas cadencias funk y soul que pueden apreciarse cuando lo escuchas cantar. No lo digo sólo por esos agudos imposibles que ya quisieran muchos cantantes de heavy metal para sí. Lo digo porque la honestidad que transmite Hughes cuando canta es sencillamente brutal, y puede que sea en este From Now On… y en Addiction donde más se nota.
¿Por qué es From Now On… tan especial? Para mí porque fue la primera vez que entré en contacto con la voz del señor Glenn Hughes, porque fue una experiencia que me abrió los ojos y porque me puso delante de un músico versátil, que tan pronto era capaz de sacarse de la manga composiciones que recuerdan a sus tiempos de Deep Purple como Pickin’ Up the Pieces, como de hacer odas más cercanas a la música negra americana como Lay My Body Down, joyas AOR como The Only One e incluso pequeñas incursiones metaleras como The Liar.
Sin embargo, a nivel de temas para mí la guinda del pastel la pone Into the Void, una gran canción que funciona muy bien y que incluye elementos de todo lo mencionado anteriormente: AOR, metal, rock, funk y soul se dan la mano en poco más de seis minutos de genialidad pura y dura.
Si algo tiene From Now On… es diversidad, ya que hay un poco de todo para todo el mundo. Además, parte de la banda que lo acompaña es tres quintas partes de nada más y nada menos que Europe, que demuestran que saben hacer más que cuentas atrás finales. Y por encima de todo ello, la impresionante y portentosa voz de Glenn Hughes dándole color a todo el lienzo.
Recomiendo que intentéis conseguir la edición japonesa del disco, ya que incluye dos regrabaciones de la época que Hughes pasó con Deep Purple y que cobran aires nuevos en este disco, como son Burn y You Keep on Moving.
En resumen, From Now On… es, como casi todo lo que toca Glenn Hughes, oro puro. Vale la pena oírlo y reoírlo mil y una veces, y siempre encontrarás un detalle que te guste o que hasta ese momento no habías considerado.
