En el Rock español hay muchos grupos imprescindibles para entender el devenir de la música, algunos reconocidos, otros menos y algunos nada. Probablemente Los Ilegales se encuentren en el segundo escalafón. Han contado con reconocimiento pero sin duda mucho menos del que merecen. La formación, un trío de guitarra, bajo y batería, ha sufrido diversos cambios a lo largo de los años, en los que puntualmente se han incorporado otros instrumentos como teclados o saxo, pero su líder, Jorge Martínez (también conocido como Jorge Ilegal) ha permanecido siempre como cabeza visible del grupo, voz, guitarra y compositor, hasta la desaparición del grupo en 2011 para refundarse como Jorge Ilegal y Los Magníficos.
Para entender pues la filosofía del grupo, hay que tener en cuenta que Jorge, además de ser un músico privilegiado, uno de los mejores guitarristas de España, es un auténtico genio, un tipo que rompe con todo y que no se calla ante nada y ni ante nadie. La incorrección política hecha carne. Bajo mi punto de vista, lo que de verdad debería ser un Punk, un Rocker o las dos cosas a la vez. Una actitud sincera y descarnada, alejada de prototipos y poses absurdas, que tiene el sano ánimo de molestar porque sí. Como muestra de qué clase de elementos han formado Ilegales, la presentación del grupo que hace el propio Jorge en el reverso del LP que nos ocupa, y que empieza así:
Maldita sea la ley, esto es lo grave. Me llamo Jorge Martínez, toco la guitarra en Ilegales, un grupo que funciona desde hace dos años. Antes estuve en otros grupos, pero todos se disolvieron de forma violenta. Como llegó el momento en que no me querían en ningún otro grupo, formé Ilegales con otros dos a los que habían expulsado de varios grupos por broncas y borrachos.
El LP comienza con Tiempos nuevos, tiempos salvajes, una declaración de cómo se sienten Ilegales en la sociedad actual, en los que la lucha y el individualismo son claves para enfrentarse a la opresión.
Sigue con Delincuente habitual, reflejo del desahucio moral de uno de aquellos clásicos delincuentes de la época, para a continuación presentarnos un tema de mucha más enjundia: Yo soy quien espía los juegos de los niños, canción con visos de medio tiempo y letra enrevesada que muestra pasajes que vuelven a ser un reflejo de la realidad social circundante, con frases como los estudiantes se suicidan disparando contra la policía o nuevos cantantes hacen el ridículo en viejos festivales como Eurovisión.
El cuarto corte es Hombre solitario, en el que muestra a un personaje que empieza pareciendo un malo de western y acaba siendo un Don Nadie. El siguiente tema es uno de los míticos, Problema sexual, un divertido canto a lo absurdo. El vídeo que os dejo para ilustrarlo pertenece al programa de TVE dirigido y presentado por Miguel Ríos, Qué noche la de aquel año, en el que Jorge soltó una provocadora frase de lo mejor que se ha visto en televisión: “Señora, si no le gusta mi careto, ¡cambie de canal!”
El sexto tema es Me sueltan mañana, donde vuelve a mostrarse a un personaje del lumpen. Siguen con otro de los temas de más enjundia, y que resultó muy polémico, ¡Heil Hitler!, que lejos de ser una proclama nazi, se trata de un soberbio ejercicio de provocación, y de un ataque a los hippies, tal y como explica Jorge de forma genial al principio de este vídeo:
En octavo lugar tenemos Hola mamoncete, otra de esas canciones divertidas y muy animadas para el directo, pero que como siempre muestra una situación de, digamos, moral distraída. Sigue con No me acaricies el pelo, que es un tema de los menos conocidos del disco, muy inhabitual en los directos. El décimo corte es La casa del misterio, tema de amor cuya letra no me resisto a compartir con todos vosotros:
Vives en la casa del misterio,
cayendo con las sombras sobre ti,
cierras los ojos y ya te has hecho daño,
si tu te vas con quien voy a jugar,
No sé
Vives en la casa del misterio,
oigo a la gente hablando siempre mal de ti,
yo tengo puños para defenderte,
si tu te vas a quien voy a cantar,
No sé
Hay un extraño en mi,
donde está el crimen,
voy loco entre la oscuridad
Para terminar el disco, Caramelos podridos, reflejo del ambiente nocturno y decadente del sábado noche. Otro tema que es carne de directos. El disco acaba con Tiempos nuevos, tiempos salvajes – Reprise, fragmento del primer tema del disco, y que sirve como hilo conductor de todo él. Sin duda se trata de un trabajo que no puede obviarse como uno de los básicos imprescindibles para cualquiera que se precie de seguir el Rock nacional. Para quienes queráis escucharlo tal y como suena originalmente, os dejamos la lista en Spotify:
