¿Quién ha dicho que el metal y el rock son incompatibles? Eso es mentira. Compatibles son, pero somos nosotros los que hemos de inclinar la balanza más hacia nuestro terreno. No es culpa nuestra que los grupos de pop no sepan compatibilizar mejor lo que componen con nuestra manera de ver y entender la música, así que hay que forzar el asunto un poquito.
Esta manía de metalizar canciones pop se lleva haciendo desde tiempos inmemoriales, y quien más y quien menos ya ha tenido sus escarceos con estos temas en alguna que otra ocasión. Algunos de los que han perpetrado estas versiones sorprenden, pero eh, a todos nos gusta echarnos unas risas, ¿no?
Eso fue lo que debieron pensar los noruegos Trollfest, cuando sin consultar a nadie se lanzaron a versionar el Toxic de Britney Spears, que les quedó cachondísimo y encima mejoró a la original. Y todo eso con un par y sin casi despeinarse, tirando de folk metal y mala baba para reinventar el clásico de la rubia cantante estadounidense.
En otra onda y caminando más bien hacia casi la autoparodia que al homenaje respetuoso (aunque algo de eso hay, por supuesto), Turisas se atreven con el Rasputin de Boney M dándole un aire más tabernero (o de horda bárbara, según se mire), y los resultados no pueden calificarse de negativos.
Los norteamericanos GWAR con el tristemente desaparecido Dave Brockie al frente se atrevieron a destrozar (literalmente) el Carry On My Wayward Son de Kansas. Siempre que alguien que no conoce a GWAR se tiene que enfrentar a su música siempre le digo lo mismo: no te lo tomes en serio, ellos no lo harían. Aún así, el resultado es bastante decente teniendo en cuenta que está grabada en riguroso directo.
Uno de los trabajos más recientes en materia de versiones de canciones típicas de la radiofórmula fue el de los Symphony X franceses. Hablamos de Adagio, que reinterpretaron de forma magistral y convincente el Fame de Irene Cara, que sirvió de banda sonora a la serie de los años ’80 del mismo nombre.
Otros que tocaron a una de las vacas sagradas de la radiofórmula fueron Vision Divine, que le dieron la vuelta totalmente al Take On Me de A-ha y consiguieron hacer una versión muy pegadiza de un tema que ya de por sí se enganchaba bastante. Vision Divine es un proyecto conjunto de Carlo Andrea Magnani de Labyrinth y Fabio “Lione” Tordiglione de Angra y Rhapsody Of Fire, por cierto.
Los griegos Firewind liderados por el guitarrista Gus G (Dream Evil, Ozzy, Mystic Prophecy, Nightrage… este muchacho ha estado en todas partes) echaron mano de la banda sonora de Flashdance, aunque en esta ocasión no hablamos de otro tema de Irene Cara, sino del Maniac de Michael Sembello, que con la voz de Apollo Papathanasio y el trabajo de Gus G y Bob Katsionis con la guitarra y los teclados queda muy redonda.
Para que quede constancia, Abba es uno de los grupos más versionados por bandas de heavy metal (quién lo diría, ¿eh?). Como muestra de ello, el guitarrista sueco Yngwie Maalmsteen le dio un aire cañero muy interesante al Gimme! Gimme! Gimme! de sus compatriotas acompañado por la voz de Doogie White.
Finalizamos el repaso con la primera versión de este tipo que escuché en mi vida y a la que le reservo un lugar muy especial siempre. Hablamos de Gamma Ray, que consiguieron convertir el It’s a Sin de Pet Shop Boys en un producto totalmente diferente a base de galopes y excusiones con el doble bombo. Puede que no sea la mejor de todas (para mi gusto, de esta pequeña lista son Trollfest los que se llevan la palma), pero es a la que más cariño le tengo por motivos bastante obvios.
Y hasta aquí nuestro pequeño repaso a las mejores versiones metaleras de éxitos de la música pop. ¿Añadirías alguna más a las que hemos tratado aquí? Déjanos tus impresiones en los comentarios.