La música define a la perfección nuestra manera de ser. Todos tenemos estilos de música diferentes pero la mayoría tienen una cosa en común, esa sensación de placer que nos recorre todo el cuerpo cuando escuchamos nuestro tema favorito. Ese escalofrío musical, llamado dopamina, no es nada más que compuestos químicos que se liberan en el momento en que sentimos más placer escuchando la música que nos gusta. La dopamina se incrementa a otros estímulos o a actividades de recompensa como el simple hecho de comer o las relaciones sexuales y también es la encargada de producirnos bienestar cuando estamos enamorados.
Si hay algo que es innegable, es que la monotonía no es de nuestro agrado, por eso nuestra canción favorita va cambiando cada cierto tiempo, y, de manera intencionada o no, nuestro estilo musical se ve alternado levemente.
Algo diferente ocurre cuando hacemos viajes largos. Es una ocasión especial ya que al viajar pasamos muchas horas sin hacer nada más que estar. Tienes tiempo para pensar y relajarte y queriendo o no, hacemos un ejercicio de introspección en el que reflexionamos sobre nosotros mismos y nuestra vida. Gracias a la música puedes llegar a ver las cosas de manera más fácil sobre qué cosas te gusta, qué cambiar sobre nuestra vida, qué debes dejar ir o qué no debes abandonar.
No hace falta viajar para lograr ese estado de reflexión, otro buen momento para reflexionar es perdiendo la mirada entre la lluvia (aquí te dejo las mejores canciones para escuchar mientras llueve).
La música es utilizada para acompañar a otras actividades, por ejemplo, la danza, teatro, para correr, estudiar, relajarse, para momentos íntimos, para saltar de euforia, y todo tipo de entretenimiento y también puede ser considerada una forma de entretenimiento en si misma (como los conciertos, las emisiones de radio, grabaciones, etc.) o un complemento de algo.
La música tiene múltiples usos dentro de nuestra sociedad, y sin importar con qué propósito se toque, queda claro que es parte esencial de nuestra identidad cultural y de nuestra manera de ser.
¿Y a ti qué sensación te transmite la música?