Descubriendo a Carach Angren, más que black metal sinfónico

Resulta curioso cómo a veces un grupo te consigue atrapar hasta convertirse en una obsesión. Esto me ha pasado con Carach Angren, a quienes descubrí de casualidad gracias a un vídeo que subió a Internet el youtuber InfidelAmsterdam hablando de ellos. Son una banda que no tiene desperdicio, y por esa misma razón he pensado que se merecían un especial en nuestro espacio dedicado a descubrir grupos.

Antes de hacer un poco de historia, convendría comentar que Carach Angren practican un black metal sinfónico muy poco al uso. Me intento explicar. Normalmente se suele componer siempre una base de guitarra y después añadir las orquestaciones encima de ella. Ellos no lo hacen así: primero se escribe la parte orquestal y después se añaden las guitarras. Cuando escuchas sus discos tienes la sensación de estar escuchando una banda sonora, y eso es parte de su atractivo.

Lo que no se puede negar es que lo primero que llama la atención de Carach Angren es su imagen. La mayoría de grupos de black metal utilizan el corpsepaint, la característica pintura facial con la que suelen aparecer ante el público. En algunos casos puede llegar a quedar algo ridículo, pero este grupo ha conseguido perfeccionarlo hasta el punto de que imagen y música formen parte de un conjunto más grandilocuente y teatral.

No en vano, es eso lo que pretenden. Mientras que la mayoría de grupos de black metal suelen tirar por la vía del satanismo de andar por casa, Carach Angren han optado por lanzar ese concepto por la ventana y adoptar otro punto de vista. Sus canciones suelen tocar temas que tienen que ver más con las leyendas oscuras o la literatura de terror.

Ahora ya podemos hacer un poco de historia. Se formaron en 2003 cuando sus tres integrantes Seregor –voz y guitarra–, Ardek –teclados– y Namtar –batería– dejaron el grupo Vaultage o, mejor dicho, este dejó de existir. El proyecto desde el principio era ambicioso, y tenían bastante claro lo que querían conseguir: trasladar a la música las sensaciones derivadas de leer historias de fantasmas.

Con estas primeras ideas editaron la demo The Chase Vault Tragedy y el EP Ethereal Veiled Existence, donde las letras de cada canción versaban sobre una leyenda diferente. El concepto estaba ya claro y las líneas de trabajo muy bien definidas, pero lo lógico era ir un paso más allá.

Ese paso lógico era editar un disco coneptual, cosa que hicieron en 2008 con la edición de Lammendam. Lammendam se centra en una leyenda popular holandesa que habla del espíritu de un hombre que contrajo matrimonio por interés con una joven rica de la zona norte del país, a la que mató quemando el lugar donde iban a pasar su noche de bodas para heredar su fortuna. Desde entonces, se dice que el espíritu de la mujer se aparece en donde se produjo el incendio como un espíritu vestido de blanco.

A nivel musical es simplemente impresionante y tiene una característica típica de cada álbum que han ido editando: te atrapa, es imposible ponerlo y no escucharlo del tirón. Además es bastante variado, desde secciones a toda velocidad como en The Carriage Wheel Murder o los aires épicos de La Malédiction de la Damme Blanche pasando por la siniestra narración de Hexed Melted Flesh estos holandeses consiguen su objetivo, que no es otro que meternos en la historia y no soltarnos hasta que termina.

Como último apunte, el EP Ethereal Veiled Existence ha sido incluido en su totalidad en la reedición de este disco a modo de bonus tracks.

El listón estaba muy alto, pero había que ver si eran capaces de superarlo. No sé si lo consiguieron, pero al menos creo honestamente que consiguieron igualar su primer disco con su segundo álbum, Death Came through a Phantom Ship, lanzado en 2010. En este trabajo toman como referencia la leyenda del capitán Van Der Decken y su barco, El Holandés Errante –la historia que se narra en las películas Piratas del Caribe guarda alguna similitud con la leyenda original–.

Los mismos elementos que obligaban al oyente a estar absorto y atento a la escucha que ya teníamos en Lammendam se repiten aquí, y en general el disco está a un gran nivel compositivo y de ejecución. Las atmósferas están igual de bien trabajadas que en su álbum anterior, si bien aquí evocan un aire diferente. Como tema más destacable yo me quedo con Bloodstains on the Captain’s Log.

Sin embargo, lo mejor aún estaba por llegar. Habían adaptado magistralmente dos leyendas al terreno musical, así que decidieron que quizá sería buena idea escribir la suya propia. Así llegamos a 2012 y Where the Corpses Sink Forever, un disco que superaba a los anteriores a nivel conceptual y que estaba mejor construido a nivel musical –si es que eso era posible–.

La historia que se cuenta en este álbum comienza con una grabación en la que un soldado explica que se le ordena ejecutar a siete soldados prisioneros, pero por más que disparaba no les producía ningún daño. Cuando cesa el tiroteo, los siete prisioneros miran al soldado y proyectan todos sus traumas de guerra en su mente. El proceso vuelve a empezar cada vez que termina, y sólo parará cuando el ejecutor muera o pierda la cordura.

Interesante, ¿verdad? A mí me lo pareció, tanto que intenté conseguir el disco tan pronto supe de qué iba el asunto. Es el disco que más cohesión presenta a nivel conceptual y una gran obra musical, y que además incluye auténticas genialidades como The Funerary Dirge of a Violinist, Bitte Tötet Mich o General Nightmare.

Actualmente estamos a la espera de que su nuevo disco, This is no Fairytale, vea la luz el próximo mes de febrero. De momento han subido a YouTube un tema de adelanto llamado There’s No Place Like Home, que sigue en la línea habitual de la banda y que suena francamente bien.

Si te pica la curiosidad te recomiendo darles una oportunidad, valen muchísimo la pena y lo que transmiten es simplemente apabullante. Estamos hablando de black metal, con lo que no es un grupo para todo el mundo, pero insisto: si te gustan las historias de fantasmas quizá aquí tengas algo que te pueda gustar.