Para el que no conozca a Jeff Beck, voy a hacer un ejercicio de memoria y lo presentaré como me lo presentaron a mí hace años, con una frase que dice tal que así: ”Puedes observar a todos los grandes guitarristas del mundo, de estilos tan diversos y técnicas tan diferentes, y sin embargo todos parecen tener una cosa en común: cuando les preguntas, todos tienen entre sus grandes influencias a Jeff Beck”.
Y esto, ¿por qué es?, ¿tan importante es? A mi juicio sí, pero decirlo simplemente es entrar en un debate innecesario. Simplemente voy a jugar dos cartas: primero, os reto a abrir youtube y ver este concierto suyo; y segundo, voy a hablaros del disco que sacó en 2010: Emotion & Commotion.
Antes de dar más detalles, el título del disco es bastante sincero con respecto a su contenido; lo que vas a encontrar dentro es a alguien tratando de emocionar. Pero lo primordial para ello es tener tiempo para escucharlo, nada de oírlo por la calle de camino a hacer recados; preferiblemente tumbado y aun más preferiblemente con los ojos cerrados. Él mismo parece darlo a entender con la entrada del disco, en su versión del Corpus Christi Carol. De hecho, una buena parte de los temas son versiones, pero es tal la vuelta de tuerca que les da, que se te olvida enseguida. Hay que destacar la orquesta que le acompaña, que prepara un colchón ideal para que Jeff haga lo que mejor se le da: ”cantar” con la guitarra.
Después de esa entrada sosegada, sin tiempo para relajarse demasiado, entra Hammerhead, que resulta ser un cambio de registro brusco, pero eficaz; te hace esperar cualquier cosa del disco. Se podría definir como una canción de Rock, pero es tan… Jeff Beck, que lo mejor que puedes hacer es escucharla por ti mismo y sacar conclusiones.
Le siguen Never Alone y Over The Rainbow (sí, sí, versión de Somewhere Over The Rainbow); juega magistralmente con la dinámica de las notas de manera un tanto romanticista, pese a llevar a toda la orquesta detrás.
A destacar también su interpretación de la omnipresente I Put a Spell On You de Screamin’ Jay Hawkins, interpretada de una manera un poco más tradicional, con la cantante británica Joss Stone haciendo un featuring (la cual también colabora en There’s No Other Me). Otra colaboración que hay poco después es la de la inmensa Imelda May en Lilac Wine (si queréis investigar más después de escuchar el disco, merece muchísimo la pena ver el concierto tributo a Les Paul que ofrecen ellos dos en el Iridium de Nueva York).
Pero, sin duda, el plato fuerte es la interpretación del clásico operístico Nessun Dorma. Aquí decir que se sale es poco. En ocasiones parece que realmente hay una voz saliendo por esa guitarra; es algo natural de su interpretación en todos los temas, pero aquí acusa muy bien los ligados, el trabajo con la palanca y el volumen, magnífico. Si yo no os convenzo, simplemente puedo decir que esta canción fue ganadora del Grammy a mejor interpretación hace un año; asi que sí, creedme que merece la pena escucharla.
Resumiendo, es un muy buen disco para degustar en un ambiente de tranquilidad y, desde luego, revisitarlo de vez en cuando, porque hay muchísimos matices que ir descubriendo (como siempre que hablamos de Jeff Beck)
Mis tres preferidas del disco son las siguientes:
Nessun Dorma
Over The Rainbow
Hammerhead
Si aun no conocíais a este hombre, es un muy buen disco para empezar; ha experimentado con tantos y tantos estilos que uno comienza a entender el porqué de esa increíble musicalidad y originalidad que le caracteriza, y sobre todo, recomendable ver sus directos, no te arrepentirás y te hará preguntarte como es posible que un hombre que ya acumula 67 primaveras, sea capaz aun hoy de ir 10 pasos por delante a los demás y reinventarlo todo.
Spotify: Emotion & Commotion
