En la anterior aventura del blog, antes del parón que nos vimos obligados a hacer, ya hice en su momento un especial dedicado a Storm of the Light’s Bane, mi disco favorito de una de mis bandas favoritas de todos los tiempos, Dissection. Fue una pena que Dissection no siguieran la línea de este álbum, ya que musicalmente me parece una joya, y hasta hace relativamente poco no había encontrado algo que siguiera un patrón similar.
De acuerdo, conocía a Sacramentum, a Eucharist, a Naglfar y los eslavos Bane, que particularmente han sido una sorpresa muy agradable dentro de esta serie de grupos de black / death metal melódico, pero ninguno le llegaba al grupo de Jon Nödtveidt a la suela de los zapatos. Hacía falta alguien que recogiera el testigo dejado por Dissection, pero no había o no parecía haber nadie.
Un día de repente me topé con Thulcandra. No sabía nada del grupo, pero por el nombre pensé que serían un grupo de folk metal y no les presté mucha atención. En mi descargo diré que no había visto ninguna portada de ningún disco, porque cuando por fin las vi mi falta de atención se convirtió en curiosidad: Imágenes decadentes en azul firmadas por Kristian “Necrolord” Wahlin y un logo con aristas. He aquí un ejemplo:
Compré el CD, me lo llevé a casa y lo puse. Lo que escuché fue Dissection en su mejor época, pero reinterpretado. Mayor fue mi sorpresa cuando vi que el main man detrás del proyecto es Steffen Kumerer, más conocido por ser el guitarrista y vocalista del grupo de death metal técnico Obscura, y que desempeña las mismas funciones en Thulcandra.
Resulta que Thulcandra se formaron en Munich un año después de Obscura, precisamente con la intención de ofrecer un homenaje a Dissection componiendo canciones en su misma onda. El grupo quedó en un parón indefinido cuando el otro guitarrista del grupo, Jürgen Zintz, murió en 2005, y no fue hasta 2008 que Kummerer retomó el proyecto después de haber estado escuchando unas demos que nunca llegaron a lanzarse. Ese mismo año editaron su primer disco, Fallen Angel’s Dominion:
Como digo más arriba, este disco es básicamente un Storm of the Light’s Bane 2.0. Desde la intro que recuerda horrores a At the Fathomless Depths, a la intro de Night Eternal que es calcada a la de Night’s Blood, pasando incluso por la situación de temas como Everlasting Fire o Legions of Darkness dentro del tracklist, uno se da cuenta de que se trata de un tributo no muy velado al segundo álbum de Dissection. Pero si hasta tienen una outro a piano prácticamente igualita que No Dreams Breed in Breathless Sleep, por favor… Amén de una excelente versión del The Somberlain de Dissection.
El disco se ganó buenas críticas –yo, como podéis imaginar, estaba encantado–, aunque el hecho de que hubiesen emulado tanto a la banda, empezando por la portada, siguiendo con la música y hasta en los giros vocales de Kummerer, que imitan perfectamente a los de Jon Nödtveidt les hizo perder puntos para determinadas personas. Para muchos Thulcandra aún tenían que demostrar qué tal se desenvolvían en un segundo álbum, si es que llegaba. Gran parte de fans y críticos pensaron que eran flor de un día.
Pasaron dos años y llegó Under a Frozen Sun, el hasta ahora último álbum de Thulcandra. Las similaridades con Dissection siguen estando ahí, es innegable, pero en este caso se lanzaron a componer algo más elaborado dentro de lo directo y visceral. Con pasajes que recuerdan inevitablemente a The Somberlain y a su sucesor, Under a Frozen Sun ofrece lo mismo que Fallen Angel’s Dominion, pero mejorado y entregado en otro precioso paquete de color Azul Necrolord:
Aquí ademas podemos observar algunos arranques más propios de Obscura en algunas secciones y en determinadas maneras de usar las melodías de guitarra o de construir algunos solos, lo que le da un pequeño espacio en el que crecer y salir algo de la linealidad que tenía el primer álbum.
En cuanto a temas a destacar, personalmente me quedo con la inicial In Blood and Fire, el tema que sirve para darle título al disco, Black Flags of Hate y Aeon of Darkness. Todas geniales, todas compuestas a la manera de Dissection, pero mejoradas en su aproximación al oyente si lo comparamos con su primer disco.
Ahora mismo estamos a la espera de que salga su tercer álbum, Ascension Lost, del que ya se ha filtrado una canción:
En general, con Thulcandra digo algo parecido a lo que dije en su día con Dissection: No tengas miedo de que sea demasiado. La creación de atmósferas se les da francamente bien, la técnica está fuera de toda cuestión y la ejecución es simplemente maravillosa. Son un grupo de diez, alzándose sobre las cenizas de una banda con un pasado glorioso que ya nunca volverá, pero al menos los tenemos a ellos para seguir recordando aquellos buenos tiempos.