Llevamos un tiempo sin hablar detalladamente de ninguno de los últimos lanzamientos discográficos, por lo que hemos decidido poner remedio a esta situación y afrontar las tareas pendientes. Y es que alguna de ellas, como la que hoy nos ocupa, alcanza ya meses de demora. Ya antes de su lanzamiento el pasado mes de mayo, te comentábamos que Brandon Flowers estaba empezando a promocionar su segundo álbum de estudio, The Desired Effect.
Cinco años se ha tomado el vocalista de The Killers para componer y grabar al sucesor de aquel sencillamente correcto Flamingo. Pocas personas –o nadie– entendieron el por qué de una carrera en solitario que sonaba muy parecida a su banda, quizás eran augurios de una separación, pero 5 años después, The Killers siguen con nosotros. ¿Conseguirá este The Desired Effect tambalear los cimientos del grupo?
El disco
Quizás la edad de un servidor tenga mucho que ver en la simpatía que le ha producido The Desired Effect, aun siendo este un disco una propuesta que dista mucho de la perfección. Un trabajo en el que Brandon Flowers rinde homenaje a la década de los 80, una década de la que el vocalista y compositor siempre se ha declarado admirador. Con los sonidos con los que él y muchos crecimos como telón de fondo, Flowers ha conseguido un producto mucho más definido en estilo que su predecesor, que si de algo pecaba era de disperso.
Para este álbum, el frontman de The Killers ha decidido recurrir a aquello que el refranero español sintetiza como quien a buen árbol se anima, buena sombra le cobija. Quizás ese haya sido el mayor acierto de Flowers, rodearse de excelentes elecciones como Angel Deradoorian, Danielle Sari Haim o Neil Tennant.
En detalle
Resulta inevitable pensar en The Dire Straits cuando uno escucha temas como Diggin’ Up The Heart o trasladarnos a la ya mencionada década de los 80 con temas como Can’t Deny My Love o Lonely Town. Algo que se hace aún más evidente en I Can Change con el sample del Small Town Boy de Bronski Beat, canción que cuenta con la presencia de Neil Tennant de Pet Shop Boys a los coros.
Aunque para ser honestos The Desired Effect peca de lo que pecan tantos y tantos discos. Tras un inicio prometedor, nuestras ilusiones se desvanecen al mismo ritmo que se desinfla el álbum. Tan solo las mencionadas Diggin’ Up The Heart y Lonely Town mantienen el tipo en la segunda mitad de este trabajo.
Conclusiones
65
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p> Nos preguntábamos al inicio de esta reseña, si este disco sería capaz de hacernos cuestionar la continuidad de The Killers como banda, y la verdad es que no saldremos de dudas. Es indudable de que este trabajo mejora y con mucho a Flamingo, un disco que bien podría haber firmado el cuarteto tras publicar Day And Age. Incluso seguramente supere en calidad al último trabajo de los de Las Vegas, Battle Born. Pero es que la música de The Killers ha ido variando tanto, que los dos discos de Flowers podrían haber aparecido bajo el nombre de la banda.
Sea como sea, este The Desired Effect nos ha ido ganado con el tiempo, a pesar de no habernos enamorado en las primeras escuchas, y distar mucho de ser un disco redondo. Un trabajo que no se recordará entre lo mejor del año, pero que contiene canciones que nos llevan acompañando todo el verano en nuestras playlist personales. Quizás de ahora en adelante debamos darle más tiempo a las reseñas, para que consigamos absorber la música a su debido ritmo.
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